Hablamos con Daniel Sanmartín Nieto, coordinador editorial, editor de textos y asesor técnico en Dos Acordes. Profundizamos en su labor en la editorial, y en los puntos fuertes de nuestros temarios; no sin antes hablar acerca de su extensa formación…
Como mencionamos, Daniel tiene una extensa formación como musicólogo que se fundamenta en los títulos superiores de música en Musicología Histórica y Etnomusicología. Pero, su CV es todavía más extenso, ¿puedes contarnos algo más?
Mi formación musical comenzó en las Enseñanzas Profesionales de Percusión y Piano, que completé sin tener muy claro que eso de la interpretación fuese para mí… Ya en aquella etapa, sin ni siquiera conocer realmente la disciplina de la musicología, me sentía enormemente atraído por la vertiente más teórica de los estudios musicales, por lo que (no sin algún que otro vaivén) finalmente me decidí a focalizar mi formación en los itinerarios de Etnomusicología y Musicología Histórica, que completé en el Conservatorio Superior de Música de Vigo con Premio Extraordinario Fin de Grado Superior. Solo recientemente he logrado, de alguna manera, reconciliar mi interés por la vertiente más especulativa de la música con su desarrollo artístico, aunque nunca he concebido un planteamiento que no fuese la convivencia complementaria de ambos. Por otra parte, no de manera del todo independiente, un evidente interés profesional y la pasión que desde muy temprana edad he sentido por el estudio de las lenguas me han llevado a lanzarme al estudio de un Máster en Ciencia del Lenguaje y Lingüística Hispánica.
Sabemos también que parte de tu formación la realizaste en el reconocido Conservatorio «Santa Cecilia» de Roma. ¿Cómo es la experiencia de estudiar en un lugar con tanta historia como este? ¿Y tu experiencia general en la ciudad italiana?
Llegué al Conservatorio de Roma atraído por la posibilidad de completar mis estudios y colmar algunas lagunas que sentía en mi formación musicológica, esencialmente algunos aspectos de la musicología sistemática y la composición. Sin embargo, la enorme flexibilidad de la organización académica de la institución me dio la posibilidad de ir mucho más allá de lo que había planeado y adentrarme de lleno en el estudio de los teclados históricos y el órgano, en los que he encontrado muchas satisfacciones. Por otra parte, huelga decir que, al menos hasta tiempos recientes y por causa del difícil momento histórico que nos ha tocado vivir, las oportunidades que una ciudad como Roma ofrece a un musicólogo, en lo que respecta a investigación, intercambio científico y desarrollo de la actividad docente, son indudables.
Dos Acordes
Llevas más de 5 años colaborando con Dos Acordes, primero como copista y corrector de pruebas y ahora como coordinador editorial, editor de textos y asesor técnico. ¿Qué destacarías de tu experiencia?
Mi propio crecimiento profesional se ha producido, en cierta manera, de forma paralela al enorme desarrollo que Dos Acordes ha vivido en los últimos años.
Dos Acordes era ya una empresa consolidada en el ámbito editorial allá por el año 2014, cuando comencé a colaborar esporádicamente con ella como copista musical y corrector de pruebas. A diferencia de la edición digital literaria, en la que la labor del cajista ha desaparecido por completo, la diversidad gráfica de las partituras y lo intrincado de su transcripción informática, mucho más lenta y compleja que la de los textos literarios, hacen del copista musical un profesional notablemente especializado. En aquel momento, en el que nos dedicábamos casi exclusivamente a la edición musical, mi trabajo simplemente complementaba el de nuestro compañero Karolis en los proyectos de una cierta envergadura. Mi dedicación a Dos Acordes se volvió completa hace dos años, cuando la publicación tanto de ensayos como de temarios pertenecientes al Cuerpo de Profesores de Música y Artes Escénicas comenzó a adquirir una dimensión tal que se hizo necesaria una figura que se ocupase de coordinar todas las fases del proceso editorial. Por supuesto, esta diversificación me obligó a actualizarme y a reorientar mis metas profesionales hacia un campo que, dos años después, puedo afirmar que me ha dado mucho más de lo que me hubiera esperado.
Centrándonos en tu labor actual como coordinador editorial, ¿qué funciones desempeñas?
Soy el nexo y punto de referencia de las diferentes personas que intervienen en el proceso editorial, desde el autor hasta nuestras correctoras de textos o nuestra diseñadora. Me ocupo de organizar el trabajo, determinar plazos, definir criterios comunes y, en definitiva, poner de acuerdo a todo el equipo humano que interviene en la preparación y edición de las obras.
Y, en el área de edición de textos y asesoramiento técnico, ¿cuáles son tus principales labores?
Procuro aconsejar a los autores que acuden a nosotros con ánimo de publicar su libro sobre aspectos técnicos como documentación, planteamientos metodológicos, cuestiones de referenciación bibliográfica, gestión de derechos de autor, etc. Del mismo modo, como musicólogo me ocupo ocasionalmente de cuestiones de revisión de contenido (al menos hasta donde alcanzan mis competencias…). También es mi responsabilidad el establecer algunas de las líneas editoriales de Dos Acordes, desde cuestiones de ortotipografía (como qué palabras se deben escribir en cursiva) hasta aspectos más profundos de estilo literario o estructuración de los contenidos.
Temarios de Dos Acordes
Nos gustaría hablar ahora acerca de los temarios de Dos Acordes, ¿cuáles consideras que son sus puntos fuertes?
Nuestros temarios de oposición del Cuerpo de Profesores de Música y Artes Escénicas están planteados como verdaderos libros que fácilmente podrían englobarse dentro del género de la manualística especializada. Constituyen, sin duda, textos de un rigor académico y profundidad de contenido perfectamente equiparables a los de un manual universitario.
Cuando comencé mi labor como coordinador de la colección de temarios, Javier Jurado —nuestro director— y yo empleamos no pocas horas en discutir el planteamiento literario que deberían tener estos textos, para lo que su vastísima experiencia como preparador de oposiciones fue, lógicamente, inestimable. Javier me indicó que los opositores principiantes a menudo se ven abrumados por la cantidad de información que deben estudiar para la prueba de desarrollo de un tema por escrito, pero frecuentemente no tienen ni el tiempo ni los medios para realizar una investigación musicológica completa (considerando las fases de búsqueda y estudio de bibliografía especializada, planteamiento de una estructura de contenidos coherente y desarrollo un discurso escrito).
Un segundo problema que muchos opositores se encuentran es la dificultad para trasladar los enunciados de los temas, que no siempre resultan del todo claros, a una estructura discursiva lógica y coherente. Esto nos llevó a definir algunas líneas clave que, aunque idealizadas, nos permiten tener un objetivo en mente; por así decirlo, una interpretación lo más congruente posible de las intenciones del legislador, que procuramos adoptar en nuestros temarios:
- El conjunto de los temas debe contener todos los conocimientos teóricos que un profesor del Cuerpo de Música y Artes Escénicas debe poseer para desempeñar correctamente su labor.
- Cada tema debe exponer lo señalado en su enunciado, ni más ni menos, pero el temario en su conjunto no puede dejar lagunas sin cubrir. De la misma manera, tampoco tendría sentido, desde el punto de vista del legislador, requerir idéntica información en dos temas diferentes.
- Ningún contenido debe presentarse de forma independiente del requisito último exigible al profesor, el desarrollo óptimo de la función docente.
Por otra parte, dado que la mayoría de opositores prefieren, por destacarse del resto de aspirantes y por poder reflejar su propio punto de vista, reelaborar los temas a su gusto, nos parecía indispensable dotarlos de un aparato de referencias bibliográficas que permitiese al lector en todo momento distinguir qué ideas provienen de otros autores y dónde poder ampliar la información, si así lo desean. Ambas prácticas suelen ser, además, muy valoradas por los tribunales.
En nuestros últimos temarios hemos incorporado, también, el recurso de añadir palabras clave al margen, que permiten identificar con un golpe de vista las ideas principales de cada párrafo y, por tanto, agilizar el estudio, lo que ha sido muy valorado por nuestros lectores y alumnos.
Por último, el rigor científico de los contenidos, que nuestros autores siempre abrazan con gusto una vez dados los primeros pasos en la elaboración del temario, es acompañado de los requisitos mínimos exigibles a cualquier publicación: una revisión de estilo que permita la mayor comprensión y fluidez en la lectura, una corrección ortotipográfica que acabe con muchos vicios que a veces se han dado durante años en el ámbito musical (¡no nos gusta leer “a capella” o “Khachaturian” en un texto publicado en español!), un diseño y maquetación cuidados, una impresión y encuadernación dignas de un libro de esta entidad, etc.
¿Qué se les exige a los autores de los temarios de la editorial?
Cada caso es único, pues no siempre llegamos a los autores del mismo modo. En algunas especialidades, como Violín o Guitarra Eléctrica, acudimos a profesionales que habían preparado con éxito sus oposiciones en nuestra academia, por lo que, al tratarse de personas que conocíamos bien por haberlas guiado en su preparación, la apuesta era segura. En otros casos, como Fundamentos de Composición, la dificultad radicaba en la enorme extensión del temario, por lo que creamos grupos de trabajo con diferentes profesionales docentes de nuestra confianza para que llevaran a cabo la tarea. Un tercer caso es el de algunas especialidades para las que buscamos a docentes que hubieran elaborado el temario en su día para preparar su propia oposición y les ofrecimos establecer una colaboración con nosotros para revisarlo y adaptarlo a nuestra línea editorial.
En cualquier caso, independientemente de cómo establezcamos contacto con los autores, nuestro trabajo con ellos siempre es mano a mano, en forma de una estrecha colaboración en la que procuramos aconsejar, guiar, supervisar… Más allá de ofrecer un material de estudio a los alumnos de nuestra propia academia, siempre hemos pensado que nuestro papel como editorial (un campo en el que llevamos trabajando desde el año 2002, mucho antes de siquiera plantearnos la edición de temarios) debe ser publicar un manual especializado, con todo lo que ello implica. En alguna ocasión, los propios autores —aun siendo grandísimos profesionales con años de experiencia profesional y docente— se han visto apabullados al inicio por lo estricto de nuestros criterios (¡y lo pesados que nos ponemos con algunas cosas!), pero siempre, después de muchos meses de trabajo en común, el resultado es un libro del que todos nos sentimos orgullosos y también, por qué no decirlo, una relación de gran cordialidad entre ellos mismos y el equipo de la empresa.
De igual modo, también ha sido una prioridad desde el principio la creación de una línea editorial que defina muy claramente los temarios de Dos Acordes. Dicho de otra manera: una de nuestras mayores responsabilidades es establecer un conjunto de criterios que haga que, cuando un opositor de —por ejemplo— la especialidad de Trompeta vea el temario de Piano en las manos de un amigo pianista, pueda estar seguro de que, si decide comprar el temario de su propia especialidad, se encontrará un libro con el mismo planteamiento, estructuración de contenidos, rigor y, en definitiva, calidad.
Si nos centramos en la actualidad, ¿cuáles son las especialidades de las que ya se dispone de temarios?
La colección es ya bastante amplia, si tenemos en cuenta que hablamos de textos especializados de unas 300 páginas de media. Ahora mismo contamos en nuestro catálogo con los temarios de las especialidades de Lenguaje Musical (elaborado en gran parte por nuestra preparadora Mónica Balo), Percusión, Violín, Canto, Guitarra, Piano, Viola, Fundamentos de Composición (dividido en dos volúmenes y en el que ha participado nuestro preparador de esta especialidad, Juan Eiras), Guitarra Eléctrica y Trompeta.
Además, para su compra, los alumnos de nuestra academia virtual pueden disfrutar de un notable descuento, un pequeño incentivo que seguro que será todavía más valorado si se tienen en cuenta todos los aspectos que acabo de relatar sobre el proceso de preparación y edición al que se someten los temarios.
Y, antes de acabar, nos gustaría que nos hicieras algún adelanto sobre las novedades, ¿qué nuevos temarios están previstos que se publiquen en Dos Acordes próximamente?
Dentro de muy poco inauguraremos la familia de viento madera, que hasta ahora se nos había resistido, con el temario de Saxofón. También estamos trabajando a buen ritmo en la elaboración y edición del temario de Violonchelo y, desde hace poco, Trompa. Siempre estamos deseosos por encontrar a autores interesados y esperamos poder seguir ampliando la colección en el futuro.