Chisss, cuidadito, que esta invitación es justo lo contrario de lo que estás pensando. No nos vamos de party; eso es justo lo que menos necesitas si estás preparando oposiciones.
De lo que se trata es de HIDRATACIÓN. Y ¿por qué?
El agua es esencial en la producción de energía cerebral y la falta o escasez de hidratación puede afectar esos niveles de energía, lo que resulta en fatiga mental, dolores de cabeza o migrañas, cambios de humor, dificultad de concentración, y problemas de memoria y bajo rendimiento cognitivo. Mal cóctel para un opositor, ¿verdad?
Sin embargo, beber de forma inteligente y suficiente te beneficia en que:
El cerebro tiene un flujo sanguíneo adecuado para recibir los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento.
La hidratación adecuada ayuda a mantener una presión arterial saludable.
Beber suficiente agua ayuda a mantener el equilibrio de electrolitos como el sodio y el potasio, que desempeñan un papel crucial en la comunicación entre las células cerebrales.
Mantenerse hidratado ayuda a optimizar la concentración, el enfoque y la memoria, ayuda a conservar un estado de ánimo equilibrado y mejorar el bienestar mental.
-Yo es que no soy mucho de agua…
– El agua para las ranas…
Pues eso tiene que empezar a cambiar ¡y pronto!. Vamos a ponernos una meta fácil: un litro y medio diario. Y ¿cómo lo hacemos para que no se nos olvide?. Fácil: la botella de agua, siempre en la mesa de estudio. Al final del día esa botella debería estar vacía.
– Es que el agua así, sin sabor, es aburrida…
Ponle un poco de zumo de limón o de naranja, ponle una infusión fría que te guste (té, menta o hierbabuena, etc), ponle una cucharada de vinagre de manzana (te sorprenderá lo rica que está)… pero BEBE AGUA.
– Y la cola ¿puede valer?, tiene agua…
Vamos a evitar, en la medida de lo posible, bebidas azucaradas, gasificadas o las engañosas isotónicas: demasiado azúcar y poca chicha. Y, por supuesto, huye como de la peste de esas porquerías llamadas «energéticas»: ese subidón que producen es una trampa efímera y te dejarán más deshidratado que antes.
Así que ya sabes: botella de agua al alcance de tu vista y poco a poco, sorbito a sorbito, nos hidratamos para que nuestro coco -y nuestro cuerpo- funcionen correctamente y nos ayuden a superar la tarea.
¡A BEBERRRRR!