¿Tú también has escuchado eso de que el adverbio «solo» se acentúa para evitar ambigüedad? Pero, ¿a que también has escuchado lo contrario? Te cuento…
El tema de la acentuación del adverbio «solo» parece sacado de una telenovela: no se le ve un final próximo y siguen apareciendo nuevas tramas.
Por resumir, lo que se hacía normalmente era utilizar la tilde para evitar ambigüedades: Descansa sólo (= únicamente) los domingos vs. Descansa solo (= sin compañía) los domingos.
Con la publicación de la última Ortografía de la Lengua Española (2010), esto cambia y la cuestión queda más o menos aclarada. ¿Cuál es el problema entonces? Que, como es lógico, la gente no se lee la ortografía y hace, más o menos, lo que le da la gana.
Pero, ¡aquí estoy yo para que tú no seas como esa gente! 😊
Cierto es que la RAE ha despenalizado el uso de la tilde en el adverbio «solo» cuando este puede resultar ambiguo (traducción: que no te van a llevar a la guillotina por hacerlo) PERO lo que verdaderamente recomienda la norma es que NO SE USE TILDE EN NINGÚN CASO.
Y entonces, ¿¡cómo voy a saber qué están queriendo decir si no hay tilde!? Pues, básicamente, porque la manera más efectiva de deshacer una ambigüedad es explicarse bien. Cuando hablamos o escribimos, lo hacemos dentro de un contexto, y, si sabemos expresarnos adecuadamente, ese contexto nos dará la solución.
De hecho, la RAE dice que no inventemos (bueno, no dice eso literalmente, pero sí es lo que quiere decir), que «los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden resolverse por otros medios».
Así que, ¿te vas a poner tú a analizar si verdaderamente esa tilde que le estás poniendo a «solo» está deshaciendo una ambigüedad infranqueable en mitad de un examen? La respuesta evidente es no. Normalmente colocamos la tilde a «solo» por hábito más que por motivos lingüísticos.
Así que mi consejo de hoy es que no te líes. Prescinde de ella y céntrate en aclarar muy bien qué es lo que quieres decir. Y así el problema quedará, por fin, resuelto.
¡De nada! 😉 Nos vemos en el próximo capítulo de esta interminable novela.